domingo, 19 de abril de 2015

Sigo viva...

Viva, pero luchando contra lo que no debo comer. Disculpen mi desaparición, pero estoy DEMASIADO agobiada y con demasiadas cosas. Ya les contaré. Besos y feliz semana. Aprovechen cada uno de los siete nuevos días. Yo espero hacerlo bien.

domingo, 12 de abril de 2015

Sin previsiones ni provisiones...

Buenas noches. Hoy el día parece haber durado unas 32 horas y aún no acaba. Anoche dormí mal, a las vueltas y me levanté con una ligera molestia en el cuello, que se me pasó en cuanto reparé en ella. Esta mañana desayuné una macedonia de frutas que hice con un plátano, dos rodajas de piña y un tuno indio (fruta que nace de un cactus y que tiene muchísimas propiedades buenas, incluyendo la de ser un potente anticancerígeno); le añadí un poco de canela sobre el plátano y un poco de jengibre sobre la piña. Un biscote con serrano y un café cerraron mi desayuno. A media mañana me comí cuatro nueces y cuatro almendras. De almuerzo, un plato de sopa con garbanzos y pollo. Un cortadito de postre. Luego estuvimos de obras en casa, lo que me incluye a mí de rodillas en el suelo, quitando los restos de cemento con un trozo de estopa. Así estuve, entre una cosa y otra, unas dos horas moviendo el esqueleto. Luego pasamos por casa de mi madre y me tomé un vaso de zumo de piña natural y otro cortado (madre mía, últimamente tomo un mínimo de tres cortados al día… demasiado para mi body). Al llegar de vuelta a casa me comí una lata de mejillones con dos biscotes. No había pensado nada para la cena y apena había provisiones (mañana tenemos que hacer la compra), así que me hice un sandwich con serrano y tomate, acompañado con un vaso de leche de soja (cosas de mi novio) con un puñado de cereales integrales. Mañana trataré de pensar con antelación la cena, pues es lo que más me cuesta. Mañana será un nuevo día y me pesaré. Supongo que seguiré viendo las tres cifras, pero sé que será por poco tiempo: voy a por los 90 y créanme que voy por el buen camino. Besitos y feliz semana, que es una nueva y de nosotros depende lo que hagamos con ella.

Up, up, up y down

Hola, hola. Hoy mi día ha empezado como ayer, con el ánimo alto. No dormí muy bien, pero sí bastante. Esta mañana me desperté con mimitos y arrumacos. Desayuné un sandwich integral de serrano y tomate natural, me tomé un cortado y me comí un plátano. Almorcé dos trozos de papas sancochadas (patatas cocidas), filetes de gallo y ensalada. Luego, un cortado. Mi novio y yo nos preparamos y nos fuimos de tiendas con la idea de comprar ropa. Él se compró cuatro camisas, una camiseta y un vaquero. Yo solo un suéter. Lo que me gustaba no me cabía y lo que me cabía no me gustaba. Me embajoné de lo lindo, la verdad, pero no lo pagué con la comida. Fuimos con un amigo a un sitio al que solemos ir. La especialidad del lugar son las hamburguesas caseras. Mi novio y nuestro amigo pidieron lo mismo: una cerveza y una hamburguesa de ternera con bacon y pimiento asado, con papas y alioli. Yo pedí una botella de agua sin gas y una tapa de champiñones con ajo y perejil. ¡Triste, triste, triste! Se me salían los ojos de las órbitas y esos olores… Al traer la cuenta, el camarero nos regaló tres bombones (mi novio se comió el suyo y, además, le di el mío). Llegué a casa y me serví un plato de ensalada que me quedó del almuerzo. Como colofón me tomé una infusión detox. Eso ha sido todo. Hoy volví a ponerme guapa, a vestirme conjuntadita y cuidando los detalles. La pena fue la tristeza que me invadió al ver que todo me queda pequeño. Sin embargo, quejarse no hace que pierda peso, sino hacer las cosas bien. Y eso es lo que pienso seguir haciendo. Un beso enorme y buen finde, mis niñas.

viernes, 10 de abril de 2015

Cambiando de hábitos...

Hola, hola. Estoy empezando a cambiar cositas: hoy me puse mis cremas (en la cara y en el cuerpo), me vestí guapa y me arreglé más de lo que hago cada día -cero patatero-… Esta mañana desayuné media manzana y un cortado (muy poco, pero nos levantamos tarde y no tenía ganas de más). A media mañana me tomé otro cortado. Para almorzar hice macarrones blancos (sin salsa) con un sofrito de cebolla, ajo y tomate natural, con dos latas de atún, albahaca y orégano. Al plato de mi novio le puse queso así, derretidito, tan apetitoso, pero yo ni lo probé. Fui a trabajar y no comí golosinas ni nada de nada. Fuimos al super y compré jamón serrano, latas de piña en su jugo, zumo de piña natural, langostinos y otras cosas, que ahora no recuerdo, para comer mejor. Fuimos a casa de mi madre y cayó otro cortado (demasiados por lo que veo ahora… tres en el día)y un plátano. Nos tocó mirar tiendas de muebles para la mudanza y estuvimos caminando bastante. Llegamos a casa muertitos de hambre (yo tengo un dolor de cabeza horrible, por nervios y por lo raro de la comida de hoy); mi novio comió macarrones que quedaron, más cuatro croquetas de pescado, un bocata de chorizo y un par de copas de vino blanco (él tiene que subir peso). Yo me preparé seis langostinos grandes con medio pimiento rojo, medio verde, media cebolla y dos dientes de ajo, regado todo con dos cucharadas de salsa de soja. ¡Estaba de muerte, qué cosa más rica me salió hoy! De postre, dos rodajas de piña en su jugo con un poco de canela. Seguía con ganas de comer, así que me preparé un vaso de leche semidesnatada con un puñado de cereales integrales. Sé que no es lo más recomendable de noche e intentaré evitarlo en lo sucesivo, pero hoy cuadró así. Estoy deseando irme a descansar, a ver si el dolor de cabeza afloja un poco. Me ha gustado el día de hoy, porque creo que ha sido un punto de inflexión, y me da que no solo para mí, sino también para Pili y Maruchi. Todo el mundo merece ser feliz y en nuestro caso no solo nuestra felicidad, sino también nuestra salud, depende de nosotros. Somos nosotros quienes elegimos comer tal cosa en lugar de tal otra, nosotros quienes decidimos quedarnos sentados en el sofá en lugar de hacer 20 sentadillas… nada difícil: hoy 20 sentadillas, mañana 25… Tenemos excusas diferentes, excusas de todos los colores, pero solo una realidad: si queremos bajar de peso, si de verdad queremos, debemos cambiar los hábitos que nos han traído hasta aquí. Besitos y hasta mañana.

Andando en círculos… O

"Voy a cambiarlo todo: el blog, la forma de comer, (la falta de) ejercicio, las excusas… Me toca hacerme un lavado de cara. Si no lo hago, cerraré el blog, más que nada porque me parece absurdo tener que escribir que como bien una semana y luego mal tres; porque es una pérdida de tiempo y porque estoy harta de no saber qué escribir, harta de pensar que es mejor no poner dos comidas sanas de tal día acompañadas de golosinas, de seguir comprando golosinas amparándome en mil y ninguna excusas. Incluso harta de este tipo de entradas, que hasta ahora no me han llevado a ninguna parte. Es cierto lo que dice Alicia, cierto lo que dice MsQuisquilla… si me sobran treinta kilos no puedo hacer concesiones: no puedo permitirme comer cosas que no sean sanas amparándome en "tengo un cumpleaños, tengo una comunión, tengo la regla…", simple y llanamente porque ha sido justo ESO lo que me ha traído hasta aquí. Me va a tocar apretarme el cinturón. Ya les iré informando. Mañana me pesaré en ayunas para ver de dónde parto y mi día de peso oficial será el viernes (leí en una revista hace un par de días que era el mejor día para pesarse; si encuentro el link, lo pondré). Lo dicho. Toca empezar de cero (aunque cero signifique empezar con más de 100 kilos)"
Eso es lo que escribí y publiqué el 3 de febrero de 2014, hace poco más de un año. Lo recordé por la entrada de Pili, en la que pedía un tirón de orejas. Yo vivía, y creo que sigo casi igual, buscando excusas para comer cosas indebidas: la regla y los antojos, la pastilla anticonceptiva, el cumpleaños de tal o de cual, la cena con los amigos, el almuerzo con la familia… Siempre hay excusas. Siempre. Es cierto que la pastilla anticonceptiva me ha hecho engordar pero, si aparte, no me hubiera comido chocolatinas y paquetes de chips, no habría subido tanto de peso. Tengo frutos secos en casa y apenas los pruebo. Echo de menos a Alicia y a Ms Quisquilla, aunque agradezco a quienes siempre pasan por el blog y a las que dejan comentarios de ánimo; las echo de menos porque ellas no me daban la palmadita en la espalda cuando lo hacía mal, sino que hacían que me pusiera las pilas.
Si tengo que perder 30 kilos, no puedo estar una semana comiendo bien y luego comer porquerías de nuevo: hacerlo dos semanas bien y una mal no me va a sacar de donde estoy. Tengo que cambiar y tengo que hacerlo ahora, que me sobran 30 kilos, y no cuando tenga que quitarme 35 o 40, pues si sigo así, es lo que pasará.
Alicia me escribió un comentario que decía: "(…) quiero decirte que has dado un gran paso, que te has dado cuenta de lo que importante que es hacer una dieta en condiciones, que es verdad, que cuando nos sobran más de 30 kilos no podemos permitirnos ninguna licencia, solo tenemos que ceñirnos a lo que hay que comer y ya está. Cuesta, pero el cuerpo se acostumbra rápido, y de verdad que es la única manera. Lo de hacer el día bien pero cada tarde comer algo de chocolate, o después de cenar, un dulce, o salir y picar, te puedo asegurar que no vale, es imposible y echamos por tierra todo lo bueno que hayamos hecho en el día. Otra cosa es que, muy de vez en cuando (porque nos lo exija el guion), tomemos un trocito de tarta en un cumple y no pasa nada, sin remordimientos, pero eso, un trocito, comerlo despacito y disfrutándolo."
Es verdad y es lo que pienso hacer. Le he dicho a mi novio que no me deje comer golosinas, que no me invite a comer de lo suyo por educación, que no permita que coja un poco de chocolate con leche y almendras por la regla, o por la posición de la Luna, nada de excusas, nada de golosinas a diestro y siniestro sin más. Voy a ir estos días sin dinero en la cartera; si tengo dinero, es más fácil caer en la tentación (o en el minimarket de al lado del trabajo)… Me llevaré mis abonos de guagua y listo. Muerto el perro, se acabó la rabia.
Ayer fui a la dietista, pero ya no iré más: si no compras productos para adelgazar, no te prestan el servicio, pues paso. Ya pediré cita con el endocrino de la seguridad social. Encima, me pesó con ropa y eso que llevaba un pantalón vaquero pesadísimo. Hoy me pesé en casa y estoy como la de Ricky Martin. Otra vez 101 kg… ¡manos a la obra!

domingo, 5 de abril de 2015

Paso a paso, día tras día, mes a mes...

Pues eso es lo que pienso hacer. Mi vida está un poco vuelta arriba: desengaños amistosos, reformas, mudanza, exámenes, trabajo… A esto tenemos que sumarle el que mi ginecóloga haya considerado que he de tomar pastillas anticonceptivas para controlar mi (abundante) regla. Empecé a tomarla el primer día de la menstruación y me sienta fatal: dolores de barriga (en todo el abdomen), náuseas y otras cosas, entre las que contar el aumento de peso. Después de unos 10 días tomándomela volví a la consulta y le dije que nanai, que paso de píldora porque me encuentro mal. Me recetó otras pero me dijo que habría de seguir tomando la caja anterior hasta terminarla. Le dije que sí, pero va a ser que no. Me tomé otra al llegar a casa, pero las molestias son demasiadas, y paso. He acabado con la toma y me ha vuelto a bajar la regla. De 99.7 kg llegué a los 102 y hoy estoy en 101.3 kg. Parezco una canción de Ricky Martin, solo que yo doy "un pasito p'alante y tres pasitos p'atrás". Pienso ver lo que bajo cada mes porque el control semanal es lo más parecido a una montaña rusa: bajo de peso pero luego, ¡boom! la regla, que llega y retiene en mi cuerpo hasta el aire que respiro. Así pues intentaré ir perdiendo aunque sea un par de kilos al mes (muy optimista me parece eso, visto lo visto, aunque sé que depende de mí). Hace un par de días salimos mi novio y yo a caminar a paso rápido; unos 10 km en total, lo que no está nada mal. Espero que no se quede en eso, en un recuerdo de lo que pasó hace unos días o unas semanas. Hoy me he vuelto a poner mi crema hidratante, mi crema facial, y me dan ganas de arreglarme más. Volví a pedir cita con la nutricionista y me dio para el 9 de abril, es decir, para dentro de 4 días. Mucho me temo que voy a medir mucho más que la última vez y a pesar también más. Paso a paso. Se trata de atacar desde diversos frentes: cuidar la alimentación (las golosinas me persiguen… o yo las persigo a ellas, ya ni sé…), moverme más y arreglarme más para ver si me entra el gusanillo ese de querer ponerme ropa que ahora no me cabe y esa otra que veo en los escaparates y que no me cabría ni partiéndome literalmente por la mitad. En fin, quiero ponerme la ropa que me guste y no solo la que me quepa. Podrá sonar superficial, pero cuando solo te vistes con lo mismo, cuando no puedes ponerte estampados porque realzan tu enormidad (palabro me da que inventado, aunque lo mismo da), cuando ves a chicas que visten con cosas monas de las que no hay tu talla… jodido. Voy a ponerme manos a la obra y ya les iré contando. Besos y espero que hayan tenido una feliz SS.