miércoles, 23 de julio de 2014

Día 1

No hace falta que diga que ayer tuve un día de mierda. Estaba mala del estómago (me da que un virus o una gastroenteritis), con el ánimo por el piso, el cuerpo molido y con casi 38 de fiebre. El sábado fue la famosa boda de mi sobrina. Todo el mundo me comentaba lo guapa que estaba, lo bonita que lucía, pero lo cierto es que vuelvo a verme en las fotos y me parezco (con todos los respetos) a Falete, pero a Falete embarazado de cinco meses. Me vine abajo. Yo pensaba que estaba guapa y sí, lo estaba, pero estaba gorda, casi 110 kilos de gordura debajo de un traje negro y dorado. Eso fue el sábado; como estaba liada, apenas comí: jamón serrano, queso (que fue el detonante de la migraña que me haría abandonar la boda antes de la una de la mañana), dos papas arrugadas con mojo y salpicón de marisco. El domingo no salí de casa por las migrañas y el lunes tuve el cumple de un amigo. Ahí sí que comí de lo lindo: un perrito caliente, una hamburguesa, un trozo de chuleta, un trozo de mazorca de maíz, un trozo de tarta de queso con arándanos, un poco de helado de vainilla, una pizca de pastel de chocolate. Normal que me pusiera mala. Normal que mi cuerpo y mi mente hayan dicho basta. Ya esta mañana no tenía fiebre. Desayuné un yogur de bífidus con seis almendras y dos nueces + tres ciruelas rojas. De almuerzo me comí dos muslos de pollo al horno con un trozo de pimiento rojo, otro de pimiento verde y un tomate (puse la verdura al horno con el pollo). Estaba buenísimo. En casa se lo comieron con papas fritas, pero yo ni las miré. A media tarde me tomé un cortado y poco después, un vaso de zumo de piña natural y seis almendras + tres nueces. De cena me comí una tortilla francesa con un diente de ajo y perejil picado. En la misma sartén en la que había puesto un poco de aceite de oliva virgen extra para hacer la tortilla, agregué tres lonchas de jamón cocido. Y eso es lo que he comido hoy. Antes de ir a la cama, me tomaré un vaso de leche o una infusión, supongo. Intentaré no pasarme ni un poco, no decir "un caramelo, que no pasa nada"… se camina dando un paso y luego otro, pero si doy uno adelante y otro atrás y voy a seguir en el mismo punto: en este punto en el que no quiero estar. Mil gracias a todas por los ánimos. Edito: después de escribir la entrada, me animé y me fui a caminar por la orilla de la playa. Estuve 34 minutos andando a paso rápido, respirando aire puro y aprovechando una oportunidad de la que no todo el mundo dispone: vivo a 3 minutos andando de la playa, y pienso darle bastante uso. Ahora me tomé un vaso de cola cao y listo. Ya mañana será otro día. Night, night.

martes, 22 de julio de 2014

Borrándome del mapa

Me frustra esto de haber creado el blog hace más de tres años y seguir prácticamente en el peso de salida, si no más arriba, que esa es otra. Ver tantas entradas, tantos años, tantos comienzos fallidos... me embajona. He eliminado cada una de las 197 entradas. No sé si cerrar el blog, si empezarlo de cero, si desaparecer de la blogosfera. No sé nada. Hago las cosas bien un tiempo y vuelvo a meter la pata. Bajo cinco kilos y, como premio, me como un dulce y, como uno "no hace nada", "por un día no pasa nada", "por un trozo no pasa nada", pasa eso: nada. No bajo nada. Bueno, subo y bajo, bajo y subo como un yoyo. ¿Tengo motivos para adelgazar? Probablemente cientos, pero parece que siempre me pueden los malos hábitos. Y lo peor es que me gusta hacer ejercicio: disfruto en el gimnasio; me gustan las verduras, las ensaladas, los revueltos; sin embargo, me jodo la vida yo solita, con los dulces, las golosinas… La teoría la conozco de memoria y varias veces al año me propongo empezar "definitivamente", pero no tengo voluntad, no soy constante, y así me va. No hace falta que les diga que tengo un día de mierda: sigo con las migrañas después de casi dos semanas, el estómago lo tengo fastidiado hoy y el ánimo ya ni lo encuentro. Ya veré qué hago. Les mando un beso enorme a cada uno de ustedes y les deseo lo mejor. Un abrazo.